Muchas gracias chicasssssssssssAQUI ESTA EL SIGUIENTE CAP Universidad, Segunda ParteEl sacerdote que iba a casa a Edward con aquella maldita arpía, era alto, esbelto y de buen ver. Era muy joven y tenía la tez oscura. Después de no quitarle la vista de encima ni por un segundo pude contemplar una cierta similitud con Amanda. Pelo oscuro, tez oscura, ojos negros...
- Mi primo - Amanda apareció de golpe por detrás, me sobresalte ligeramente pero no se notó..
Seguí mirando al sacerdote ignorando por completo a Amanda. Se movía de un lado hacia otro con la biblia en mano... Si no mataba humano seria...
- Así es, no mata. - Noté como Amanda se sentaba a mi lado.
El Sacerdote la vio y le salubobbaon el brazo. Amanda hizo lo mismo.
- El se encarga de entierros y bodas. - Hizo una pausa - ¿No te preguntas por que de entierros?
La mire de mala gana clavando los ojos en los suyos.
- Mira Bella, a mi no me caes bien ni yo a ti. No te quiero ver ni en pintura pero es mejor - Sonrió un vez mas maliciosamente - para ti que nos llevemos bien.
- bobba - pensé.
- Haré como que no lo he escuchado.
Me levanté y camine hacia el ventanal gótico mas cercano. Afuera el tiempo había cambiado, estaba ligeramente mas oscuro y llovía. Los animalillos que aun tenían el valor de salir a las afueras del bosque corrían de nuevo a cobijarse. En pocos segundos no había nadie en la calle.
Noté a Amanda acercarse despacio.
- ¿Me vas a dejar decirte por que se dedica también a entierros? - Esperó mi respuesta pero no la obtuvo - Bueno... - Suspiró - Al fin y al cabo me lo merezco ¿No crees? - Volvió a esperar mi respuesta. - ¿Nunca te has preguntado por que no se abren las ataúdes en el momento en que están en el cementerio? A ver si me explico... Cuando se le esta dando el ultimo adiós, ¿nunca te has preguntado por que no abre en el ataúd? Mi primo lleva décadas enterrando personas, o mejor dicho ataúdes.
- ¿Se supone que se lleva los cuerpos? - Pensé.
- ¡Bingo! De esa forma el se siente mejor, menos malvado. Las cabezas se las sigue quedando.
Edward que había ido a dar una vuelta llego rápidamente. Amanda se fue hacia su primo y comenzaron a hablar. No reconocía el idioma que usaban.
- Creo que pronto nos casamos Bella - Su rostro de dolor me impacto.
- No sufras...
- ¿Y si no sale bien?
- Debemos intentarlo Edward. - Agarré su mano y la dirigí a mi pecho. El la cogió con decisión.
Miré a nuestro alrededor, todo estaba vació no había invitados, la boda mas triste que había visto jamas. Y todo por una promesa que aparentemente era imposible de romper.
Poco a poco vi a Amanda, debía ser sincera, estaba preciosa. El vestido se ceñía a su cuerpo dejando visibles todas sus expectaculares curva. La altura que ella tenía le hacia incluso mas imponente... parecía una diosa.
El sacerdote se colocó bajo un aro de rosas blancas perfectamente situadas. Los pétalos estaban muy vivos. Abrió su sagrada biblia y la coloco encima de sus dos manos. Leyó unas cuantas paginas y la cerró.
- Creo que ya me toca... - Me dijo soltando mi mano. Se levantó nervioso.
- Tranquilo todo saldrá bien - Me levanté y le bese con pasión.
Edward se alejó de mi aun sujetando mi mano, y poco a poco nos soltamos.
Me senté de espaldas a la escena, no quería sufrir. El sacerdote empezó a decir un montón de cosas, cosas a las que no presté atención. Cuando llego a la parte crucial de la boda me volteé.
Edward se encontraba petrificado al lado de Amanda. Me miró y me hizo una señal, nuestro plan iba a entrar en acción dentro de poco. Edward iba a sufrir lo sabia... pero era la única forma.
- Amanda... - Escuché decir al sacerdote - ¿Quieres a Edward como esposo, en la riqueza y en la pobreza; en la salud y en la enfermedad, y asta que la muerte os separe?
- Si, quiero. - Dijo ella.
Amanda le echó una mirada a Edward para comprobar si estaba seguro pero no encontró sus ojos, encontró los míos. Nuestras miradas chocaron con furia.
- Edward... - Prosiguió el sacerdote - ¿Quieres a Amanda como esposa en la riqueza y en la pobreza; en la salud y en la enfermedad, y asta que la muerte os separe?
Edward tragó saliva. Debía decir que no. Me miró. Noté como empezó a sufrir, se tapo la cara con las manos para esconder dicho sufrimiento. Después de bastantes minutos en los que Amanda estaba perdiendo los nervios... Edward levantó la cabeza y se quito las manos de la cara.
Me miró una vez mas y me sonrió. Parecía que estuviese seguro.
-¡No! - Salió de su boca.
- ¡Necio! - Le grito Amanda - ¡No debiste decir eso! - Sujeto a Edward por el cuello y lo elevo igual que había hecho conmigo hace unos días. El le propinó una patada, Amanda calló al suelo rajandolo.
- Yo me retiro entonces... - Dijo el Cura a mobobbahistoso y se fue.
- ¡No te tengo miedo! - Le grito Edward a Amanda. - Te mataré si es necesario.
- Necio...
En ese momento la furia invadió mi cuerpo. Comencé a correr hacia Amanda, la persona que iba a robarme mi familia y por lo tanto mi vida. Notaba el viento en la cara pero nada se podía comparar con aquella furia que me quemaba el pecho.
- Bella... - Una voz misteriosa retumbó en todo el edificio - Contrólate... - Era tan misterioso...
No me detuve, no podía consentir que Amanda me robase lo que yo mas quería. Pero cuando estaba a un paso de atacarla una criatura misteriosa y aterradora apareció en las sombras.