El primer vampiro del mundo (Historia de amor)

Recuerdo del primer mensaje :

Hola! Espero que les guste esta nueva historia =)

Prefacio:

Mi nombre es Edward Cullen. Estoy condenado a mis diecisiete años eternos ¿Porqué? Ese es el secreto que estoy dispuesto a contarles.

Todo comenzó hace aproximadamente ochenta años cuando aún era humano.

Mi antiguo padre era científico y tenía prohibido entrar en su laboratorio. Pero siempre en mi vida humana había sido un rebelde así que más de una vez entré sin su permiso. Mi padre se pasaba horas metido ahí dentro pero una noche mientras el dormía, entré por curiosidad.

Sus inventos jamás habían revolucionado y el estaba bastante loco. Por lo general, inventaba objetos extraños que, al final, no servían para nada. Pero encontré algo que llamó mi atención. Era un frasco con un líquido de un color muy oscuro, casi negro. En el exterior tenía una etiqueta donde estaba escrita la palabra “INMORTALIDAD”.

De repente sentí un ruido procedente de la habitación de al lado, talvez había despertado. Pero antes de que pudiera huir, mi padre apareció reprochando mi mala conducta.

-No toques eso- señaló el frasco- es peligroso ya que jamás he verificado su acción y puedes morirte si lo bebes ¿Me has escuchado? Por nada en el mundo debes tomar eso.

Asentí con un “sí, padre” y fui a acostarme.

Al cumplir los diecisiete años la gripe española mataba a miles de personas por día y yo era una víctima más ha punto de morir. Mi padre y mi madre ya habían muerto a causa de la epidemia por lo que yo estaba solo en este mundo. También, estaba solo en casa ya que los hospitales habían cerrado para evitar el contagio.

No quería morir, estaba seguro de ello. Así que con las pocas fuerzas que tenía en aquel momento fui en busca del antídoto. Estaba en el mismo lugar donde lo había visto años atrás así que rápidamente lo agarré. Pensé dos veces antes de tomarlo pero no me quedaba mucho tiempo, iba a morir pronto. De todas formas, mi padre me había advertido de que podía morir si lo tomaba y me iba a morir igual. Acerqué mis labios y bebí hasta la última gota.

No recuerdo más que eso de mi vida humana. Solo sé que el invento había funcionado, pero también sabía que algo iba mal. Recuerdo el fuego que ardía en mis venas, era insoportable. Cuando el dolor pasó, abrí los ojos y vi todo de una manera diferente.

Veía cada cosa con detalles y oía absolutamente todo, algo que mis sentidos humanos no habían permitido. Los dolores que había sentido durante mi enfermedad ya era inexistente pero había algo aún más doloroso… el fuego quemándome en la garganta.

Perdí por completo mis sentidos al pensar sobre el ardor que sentía. Tenía sed… sed de sangre. Me había convertido en algo nuevo siendo yo el primer vampiro del mundo.

sigelo me encanta, me encanta

Chicaas! Perdón, esta actu es muy cortita. La próxima se lo voy a recompenzar.

Capitulo 10: Mi salvador

Despertar junto a la persona que amo era lo más maravilloso del mundo. Al abrir los ojos, vi a Edward observándome con cariño, le sonreí dulcemente.

-Has despertado. Alice vendrá a recogernos para ir al instituto.
-¿Cuándo vendrá?
-Calcula una media hora.

Me levanté de un salto y fui a cambiarme. No me causaba ninguna gracia dejar a Edward solo durante unos minutos, quería estar a su lado. Fui al baño y me vestí con prisa.

-¿Quieres desayunar?- Antes de hablar me respondió con una fuerte carcajada, como si estuviera riendo por un chiste privado. Lo miré, esperando una respuesta concreta. Lo dicho no tenía gracia alguna.
.No, gracias- Me lo dijo tan serio que por un momento olvidé que hace medio segundo había estado riendo con ganas, como si nadie existiera. No contesté y minutos mas tarde una bocina sonó, rompiendo el silencio bruscamente.

-Esa es Alice.

Abrí la ventana para comprobarlo y vi a un flameante Volvo plateado esperándonos. Bajamos las escaleras, abrimos la puerta y a continuación subimos al coche de Edward. Éste último quería conducir pero su juguetona hermana se negaba. Edward, enfadado, terminó conduciendo ya que él era el dueño del vehículo. Fue una imagen encantadora.

El instituto fue como cualquier día normal, con la excepción de que no me quedé a almorzar allí debido a un intenso dolor de cabeza. Caminaba a casa cuando escuché un aullido proveniente del bosque. Decidí ir a investigar pero antes de que pudiese reaccionar, un lobo enorme se encontraba frente a mí a punto de matarme. El suceso pasó muy de prisa. El lobo me mordió y de la nada apareció mi salvador. Edward se tiró encima del animal. Cerré los ojos para evitar entrar en pánico. El lobo iba a matar a Edward y no quería ver eso. Reflexioné un tiempo con los ojos cerrados y me di cuenta de que ya no había nadie. Noté que no estaba ni mi salvador ni el animal devorador. La única explicación coherente que se me cruzaba por la mente era que se lo habían llevado para matarlo y Edward no iba a salvarse.

Pronto recordé la rapidez con la que Edward había corrido, tan rápido que no había logrado verle de manera clara. Recordé que, según mi criterio, él no era humano y eso hizo que aumentaran mis esperanzas.

Volví a casa antes de que ese horrible animal me atacara. Durante el resto del día no paré de pensar en lo sucedido. Al llegar la noche, lloré desperanzada. Sólo quería verlo sonriente el día siguiente.

por fabor sigelo esta super interesante muchas preguntas se forman en mi cabesa
edward esta bien? como continuara?y muchas mas

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhh
me enkntaaaaaaaaaaaaa

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qe lindooo!!!

me enkanttoooo!!!

la adorrooooooo!!!

ers exelentte escribiiendo

tte puedo dar una recomendaciion:

regristtala pon los derechos qe nadiie tte la plajee seriia una lasttima enceriio tte lo recomiendo

me enkanttooo!!!

eres muy ttalenttosa!!!!

sigue asii chika!!!!!

me encanta!
deberias seguir con esto!
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Chicaas! Perdón, esta actu es muy cortita. La próxima se lo voy a recompenzar.Y PERDÓN POR LA DEMORA

Capitulo 10: Mi salvador

Despertar junto a la persona que amo era lo más maravilloso del mundo. Al abrir los ojos, vi a Edward observándome con cariño, le sonreí dulcemente.

-Has despertado. Alice vendrá a recogernos para ir al instituto.
-¿Cuándo vendrá?
-Calcula una media hora.

Me levanté de un salto y fui a cambiarme. No me causaba ninguna gracia dejar a Edward solo durante unos minutos, quería estar a su lado. Fui al baño y me vestí con prisa.

-¿Quieres desayunar?- Antes de hablar me respondió con una fuerte carcajada, como si estuviera riendo por un chiste privado. Lo miré, esperando una respuesta concreta. Lo dicho no tenía gracia alguna.
.No, gracias- Me lo dijo tan serio que por un momento olvidé que hace medio segundo había estado riendo con ganas, como si nadie existiera. No contesté y minutos mas tarde una bocina sonó, rompiendo el silencio bruscamente.

-Esa es Alice.

Abrí la ventana para comprobarlo y vi a un flameante Volvo plateado esperándonos. Bajamos las escaleras, abrimos la puerta y a continuación subimos al coche de Edward. Éste último quería conducir pero su juguetona hermana se negaba. Edward, enfadado, terminó conduciendo ya que él era el dueño del vehículo. Fue una imagen encantadora.

El instituto fue como cualquier día normal, con la excepción de que no me quedé a almorzar allí debido a un intenso dolor de cabeza. Caminaba a casa cuando escuché un aullido proveniente del bosque. Decidí ir a investigar pero antes de que pudiese reaccionar, un lobo enorme se encontraba frente a mí a punto de matarme. El suceso pasó muy de prisa. El lobo me mordió y de la nada apareció mi salvador. Edward se tiró encima del animal. Cerré los ojos para evitar entrar en pánico. El lobo iba a matar a Edward y no quería ver eso. Reflexioné un tiempo con los ojos cerrados y me di cuenta de que ya no había nadie. Noté que no estaba ni mi salvador ni el animal devorador. La única explicación coherente que se me cruzaba por la mente era que se lo habían llevado para matarlo y Edward no iba a salvarse.

Pronto recordé la rapidez con la que Edward había corrido, tan rápido que no había logrado verle de manera clara. Recordé que, según mi criterio, él no era humano y eso hizo que aumentaran mis esperanzas.

Volví a casa antes de que ese horrible animal me atacara. Durante el resto del día no paré de pensar en lo sucedido. Al llegar la noche, lloré desperanzada. Sólo quería verlo sonriente el día siguiente.

es el mismo

Capitulo 11: Algo raro en él

Una pesadilla espantosa había tenido aquella noche. El horrible lobo que había estado a punto de morderme el día anterior aparecía pero esta vez lograba hacer lo que tanto había temido: me mordía con sus largos y filosos dientes. Gritaba su nombre desesperada pero Edward no aparecía. Giré para ver si llegaba pero lo ví muerto. Antes de que el lobo me matara pude despertarme.

Recordé lo que había sucedido ayer, y al lobo matando a Edward en mis sueños. Me sentí terrible por haberlo expuesto a aquel riesgo, pero aún peor.. ¿Si él no iba al instituto esta mañana? ¿Y si Edward no había sobrevivido? Miles de preguntas de ese tipo perturbaban mi mente. ¿Cómo iba a vivir después sabiendo que Edward había muerto por mi culpa? Esa sin dudas era un motivo lógico para agregar a mi lista del porqué no debía seguir viviendo. Y sin dudas, a pesar de haber vivido tantas desgracias, la más importante era esta última porque no iba a matarme por un motivo egoísta, iba a morir a causa de otra persona... a la que amaba.

En tan poco tiempo se había convertido en tanto para mi e incluso me asustaba el hecho de que dependiera tanto de él. Era mi vida, el que aparecía cada noche en mis sueños, el que me inspiraba a mirar hacia adelante y sin esa luz que iluminaba mi camino no iba a seguir en este lugar.

Decidí dejar de pensar en tal desgracia y fuí a lavarme la cara y los dientes. Acto seguido me puse una camiseta verde, mi preferida, y un jean común y corriente para no llamar la atención. Esa mañana no desayuné, no podía hacerlo con el nudo que tenía en la garganta. Fuí directo hacía el instituto, tan nerviosa que casi no lograba mantenerme en pié.

Me paré en seco al verlo apoyado en su Volvo plateado. Sonreí para mis adentros, él estaba vivo, era más de lo que podía pedir, y ya nada importaba más que su presencia en aquel apartado espacio. Me miró, sin saber si acercarse o no. Al mirarlo fijamente sentí la misma sensación de siempre... él no era humano y por eso había sobrevivido ante el lobo inmenso. Había un 1% de posibilidades de que sobreviviera pero ahí estaba... con su preciosa sonrisa burlona. Me acerqué antes de que tuvieramos que entrar a clases.

-Hola- Me dijo. Miré hacía los costados, hacía átras y hacía adelante para comprobar que no hubiese ningún jóven entrometido. Además temía hablar con otras personas que no fueran ÉL, por lo tanto, al ver que no había nadie comencé a hablar.
-Hola- Respondí entrecortadamente sin saber cómo reaccionar.
-¿Estás bien?
-¿YO?!- Me miró como si fuera obvia la respuesta, que en realidad lo era- Sí. Pero tú...- Apretó los dientes como si estuviera enfadado. Miré nuevamente alrededor para volver a comrpobar que nadie miraba y mucho menos escuchaba. Y al ver que nadie lo hacía, continúe- Has sobrevivido.
-Lo he hecho.
-¿Cómo?
-Hilary, tu sábes la verdad. Tú lo presientes.
-Tú no eres humano Edward, eso ya lo sé. ¿Pero qué eres?- Rió a carcajadas cuando dije la primera parte, eso me disgustó demasiado y se lo demsotré con la mirada.
-¿Si no soy humano, entonces qué es lo que soy?
-No...- respiré hondo- No lo sé.
-Cuando lo sepas avisame. ¿Vale?
-Eres crúel.
-No lo soy. Hilary, de verdad no quieres saberlo.
-Pues claro que quiero saberlo si no no te lo preguntaría.
-No sábes lo que dices.
-Estoy enfadada contigo. He de decirte que detesto tu actitud frente a mi.
-Entonces dejaré que continúes con tu vida y te dejaré en paz.
-Hazlo, no tiene importancia para mi.
-Lo haré.

Sin decirle ádios le dí la espalda y me fuí. Durante el resto de la mañana me sentí mal por haberle tratado de esa forma, no se lo merecía. Él había confiado en mi, había creído en cada palabra que había dicho y yo lo había tratado de esa manera... era una mala persona, realmente lo era. No me pude concentrar en ninguna clase pero al llegar la hora del almuerzo ya tenía decidido lo que iba a hacer: pedirle mis más sinceras disculpas.

Me senté donde siempre me sentaba cada vez que estaba deprimida y no deseaba hablar con nadie, en ese pequeño sitio apartado de la sociedad. Tenía todo planeado: a la salida lo buscaría y hablaría con él. Pero mis planes cambiaron de rumbo cuando Alice se acercó a mi.

-¿No te sentarás con nosotros esta vez?- Lo pensé dos veces antes de levantarme e irme con ella a la mesa, pero terminé cediendo.

Me senté al lado de Edward, como solía hacerlo siempre. Pero apenas me vió se levantó y se fue. Aquello me molestó muchísimo y cuando presencié aquel maltrato todo lo que había meditado durante las clases se había esfumado, no merecía una disculpa. Más bien el debía hacerlo, él había actuado arrogantemente primero. No entendía qué había sido lo que había hecho que él tomara la decisión de apartarse tanto de mi, y encima tan bruscamente. Pero luego de pensar tanto tiempo reaccioné que lo había hecho por mi, porque yo se lo había pedido. No lo había hecho para que me tratase de esa manera. De repente comencé a sumirme en la depresión, lo quería a mi lado, el era mi salvador, el único que se había percatado de mi malestar.

Era la hora de salida cuando, al igual que esta mañana, le ví apoyado en su Volvo esperando a sus hermanos. No sé qué fue lo que me hizo reaccionar pero comencé a caminar hacía su dirección. Empecé a llorar sin motivo alguno pero cuando estuve en frente de él sólo se me ocurrío una sola cosa para decirle.

-Has prometido ayudarme. ¿Lo harás verdad? No quiero que te vayas de mi vida, eres importante y de verdad que quiero que permanezcas en ella. - Me avergoncé por mi extraña sinceridad pero el tuvo el efecto contrario... su rostro reflejaba dolor. Tardó tiempo en responder y yo esperé pacientemente.
-¿Quiéres ir al cine?
-¿Qué? ¿Cuando?
-Ahora. Avisále a tu padre si quieres.
-Vale, iré.

Antes de que pudieramos entablar otro tipo de conversación, sus hermanos aparecieron. En respuesta, Edward les dijo que volvieran en el vehículo de Emmett ya que tenía un asunto pendiente. Los chicos se miraron entre sí, y Emmett sonrío burlonamente. Noté que Alice se encontraba feliz por lo que estaba sucediendo. Todo lo contrario pasó con Rosalie, que me miró de pies a cabeza y luego dirigío la mirada a Edward quién le dijo que no debía meterse en sus asuntos. A continuación Edward me abrió la puerta del vehículo y nos dirigimos rumbo al cine.

me encanto sigue por favor
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