El gran misterio de un ángel, un demonio y una bruja ( espero que le guste)

CAP 1 : EL INICIO
El entrometido sol estaba apareciendo por mi ventana de mi cuarto. Perdida en el tiempo, con los ojos cerrados y con un sueño gruñí sin aliento. Con movimientos pesados de un manotazo tiré el despertador de la cajonera cercana a mí y me tapé la cabeza con la frazada.
- Marlene despierta cariño.
¿ Quién es?, pude pensar, hice memoria del sonido que había escuchado ahce un instante, era una voz, dulce, amorosa, propio de una madre. A regañadientes descubrí mi rostro de la frazada y la miré como pude, sin duda era una molestia sentir que alguien esté tan predispuesto para salir del cómodo vicio de la cama.
Mi mamá estaba apoyada sobre el marco de la puerta, con su sonrisa comprensiva y su mirada tierna.¿ Es que nunca se enojaba?.
-¿Qué?.- fue lo único que salió de mi boca.
- Tienes que levantarte... empezarás hoy tu nuevo colegio y no quieres estar de ese modo tan... poco felíz...
Negué con mi cabeza, me destapé y sentí el frío de la mañana que te invitaba a seguir acostada en tu cama. Se podría decir que de la familia, la más haragana era yo.
Como pude, tambaleándome como si hubiera bebido vino con mi padre a la noche fui al baño. Como de costumbre mi hermano mayor Lisandro estaba ocupando la ducha. Toqué la puerta una...dos...tres veces hasta que con una sonrisa de oreja a oreja salió.
Entré pegando un portazo a la puerta blanca del baño y me miré al espejo. Mmm al parecer mi pelo castaño oscuro necesitaría mucha ayuda, estaba todo revuelto como si hubiera sido batido para armar un delicioso licuado. Mis ojos estaban cubiertos por lágrimas del cansancio y unas terribles ojeras, ese era el precio de quedarme hasta tarde mirando a mi hermano jugar como un niño de siete años con la Nintendo Wi.
Me saqué el camisón y me metí en la ducha, el agua me tranquilizaba y me daba vida, eso no lo podía negar.
Al salir me cubrí con la toalla color rosa chicle que mi madre me había regalado para mi cumpleaños anterior. Empapada como estaba llegué a mi habitación.
Abrí el enorme placard cubierto de ropa y busqué entre las pilas mi uniforme de la Academia Roses. En sí me gustaba, una pollera escocesa violeta, una blusa negra y un jersey también violeta. Apresurada, como de costumbre, me vestí y me miré al espejo. Parecía la joven protagonista que va a una escuela y luego se ve envuelta en miles de problemas.
Ya lista, con el pelo atado con un listón negro, y mi colgante de la suerte bajé las escaleras. Fui a la cocina y me sumergí en la taza de café con leche que me había preparado mi madre. Busqué mi mochila con desesperación, busqué en mi bolsillo las llaves y abrí la puerta saludando a mi familia. En la camioneta lustrosa de mi padre, un arquitecto de renombre, según él me esperaba mi sonriente madre. Subí al asiento del copiloto y bajé la ventanilla por la mitad, para sentir el viento que soplaría en mi rostro cuando arrancase.

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CAP 2:
El Extraño

El viento acariciaba mi rostro. No había cruzado palabra alguna con mi madre durante todo el viaje. Estaba muy entretenida mirando el paisaje, estábamos saliendo de la civilización, por favor que alguien me ayude, pensé.
Los árboles se fueron agrupando hasta formar algo parecido a un bosque. La camioneta estaba moviéndose a causa del sinuoso camino que lo atravesaba.
De pronto pude notar que un joven de aspecto rebelde tenía sus ojos fijos en los míos.
Tenía curiosidad, quería salir de la camioneta y no me importaba si no frenaba. Tomé aire y valor.
-¡Para!- ordené a mi madre, quien me miró con la duda reflejada en su rostro.
-¿Qué ocurre?- preguntó ella.
-¡He dicho que pares!
Mi madre paró la camioneta y como pude salí. Aquí comenzaba la persecución. Pasé corriendo por lo árboles sin hacerme daño alguno, me sentía libre sin ningún apuro.
Llegué a lo que parecía ser un claro, aunque había algunos árboles haciendo que pareciesen escondites.
Peiné con la vista el lugar hasta encontrarlo. Estaba apoyado en un árbol con su gesto de “chico malo”. Llevaba lentes de sol y no pude ver sus ojos, pero sabía que me estaba mirando, me sentía indefensa, fuera de mí, como si la tierra me tragara viva en ese
preciso instante.
- No debiste seguirme…- susurró apenado el joven, con velocidad se acercó a mí, su cabello oscuro como la misma noche brillaba con la luz del sol tanto que me encegueció.
- ¿ Por qué me estabas mirando?.- pude decir sin saber qué era lo que en verdad quería decirle.
- Si sabes lo que es bueno para ti aléjate Marlene.- subió su tono de voz, algo en él era familiar pero a la vez su rechazo provocó que mi corazón diese un vuelco, que se llenara de hielo.
- Me iré…- pude jurar que una lágrima silenciosa cruzaba mi mejilla.- pero antes… ¿Cómo sabes mi nombre?
- Algún día lo sabrás…- sonrió y se alejó entre la misteriosa oscuridad que empezaba a aparecer en plena mañana. Parecía una pesadilla. De pronto la voz de mi madre a lo lejos me despertó, aún perdida, encontré el camino hacia la camioneta
- ¿ Qué pasa Marlene?.- preguntó mi madre. Tomé aire para responderle y decirle que había pasado pero de pronto, aquel joven de apariencia extraña y cautivadora llegó a mi mente.
- Nada…pensé haber visto algún animalito…- sonreí para evitar las sospechas.

Mi madre seguramente no había creído mi mentirota pero jamás le diría lo ocurrido. Apoyé mi cabeza en la ventana que cerré por mi nerviosismo y me quedé mirando el cielo. Pensaba en cómo podría ser que él supiera mi nombre… ¿ Lo conocía?...¿ Me conocía?. No pude olvidar sus facciones perfectas durante todo el viaje.

*-* por supuesto Romi!!
gracias!!

Está muy chula Nela, la verdad esque tieenes imaginación y t expresas bien.
ESPERO que no te tomes a mal lo que voy a decirte,pero esque no me lo puedo callar,lo siento
Tienes pequeños fallos de escritura y ortografia que hacen que al leerlo,resulte un poco confuso,asique acuerdate de revisar los textos antes de subirlos...

No quiero que te siente mal, lo digo unicamente con la intención de que mejores,tampoco quiero que pienses que intento darte lecciones xqe no soy NADIE para hacerlo,es solo que me da rabia ver como podeis sacar mucho más de vosotras mismas y no lo haceís.

Perdonamé Nela,espero ansiosa otro capitulo!

e.e

ella hace rol conmigo e.e

ME ENCANTO!! DIOS NELA!!! QUIERO OTRO CAPÍTULO!!

Gracias Omi...
siempre digo que está buenísimo que alguien te diga que error tienes para simplemente mejorar, gracias por marcarmelo con esa amabilidad, muy pocos lo hacen así...

y Gracias Iza!!!!!!...

que suerte que les haya gustado porque no estaba muy segura...
por ustedes termino el otro CAP...




_____________________________________________________________________________ CAP 3:
La Academia Roses

Detrás de los frondosos árboles del bosque estaban apareciendo los viejos tejados de la monstruosa Academia Roses. Si ponías atención a las paredes y a los tejados podrías notar su tonalidad violácea; era algo distinto a todos mis anteriores colegios. Allí los estudiantes estaban gritando, corriendo por todas partes, las jóvenes intentaban seducir a los deportistas, y siempre me marginaban de todo. Pero aquí todo era diferente.

Las chicas estaban calmadas, luciendo el mismo uniforme que yo. Los chicos estaban riendo, y algunos leyendo libros que ya ni tenían tapa. Miré boquiabierta todos esos rostros agraciados no se comparaban a los rostros de mis antiguos compañeros de clases.

Mi madre me había prácticamente echado de la camioneta porque me negaba a bajar a semejante mundo paralelo. Tomé mis libros y mi mochila, caminé hacia la gran puerta de madera, miré hacia atrás, la camioneta con mi madre dentro se alejaba a notable velocidad. Suspiré llena de frustración y entré.

Todo lo de allí estaba en una rara armonía, parecía un castillo de fantasía. Me acerqué a una señora de no más de cuarenta años de aspecto delicado. Estaba tomando nota. Por un momento me pregunté si siempre escribiría tan rápido y con perfecta caligrafía.
- Señorita… por favor…nombre y apellido.- dijo con voz aguda.
- Victory Marlene…- susurré abrazando mis libros.
- Victory…- terminó de decir cuando lo anotó.- Usted sabrá que ésta escuela fue fundada para rescatar a las mujeres acusadas de brujería.- me estremecí al escuchar eso… ¿Colegio de brujas?... ¡¿Por qué a mí?!- En estos pasillos ocurren cosas que nadie en el mundo podría explicar… sobre todo a media noche…pero usted no se quedará ¿Verdad?- La menuda mujer sonrió algo fastidiada.
- Por supuesto…- aseguré. Mi madre quería que me quedara pero… en vista de que esta escuela era de locos… mejor iría a casa y descansaría con mi familia. Mejor locos conocidos que locos por conocer.

Nos detuvimos en la puerta de un salón. Me quedé asombrada al ver una estatua de mármol de una bella joven de cabellos revueltos, pude ver que sus ojos estaban fijos hacia el despacho de la directora, Isabel Roses. Me fijé en sus labios, una especie de colmillos asomaban detrás de ellos.

- Su próxima clase Señorita Victory…- abrió la puerta y me fijé en el pizarrón las palabras que estaban escritas… Magia, humanos, descendencia, demonios-Ángeles. Me horroricé al ver que cada una formaba parte de la misma oración. Con un leve empujón la mujer me hizo pasar al salón, con una sonrisa forzada saludé y me senté en el último escritorio, encogiéndome al ver todos los rostros fijándose en mí.
- Bienvenida a su clase de Historia señorita Victory.- dijo un hombre de menor estatura, sus ojos eran brillantes y parecía amable.- Soy el profesor Gus Mc.Courney.

Sonreí y abrí mi libro. ¡Qué Dios me ayude!, pensé temblando. El profesor comenzaba a hablar sobre lo que veríamos en la clase.
- Señores, en ésta clase podremos ver la creación verdadera del mundo, de sus peligros y sobre todo hay que comprender.- Mc. Courney me miró fijamente, podía sentir una leve puntada en la cabeza, muy molesta por agregarle alguna característica.- que la historia que veremos en ésta clase puede ser la razón de que en éste preciso momento estén sentados escuchándome hablar.- terminó de decir el profesor.- Pero antes de empezar la clase me gustaría que cada uno me contara que tan especial es y de qué familia ha nacido.- Comenzó a señalar a cada alumno con su dedo huesudo.

Miré horrorizada a cada compañero que tomaba la palabra, había un crisol de razas, algunos, los más vistosos, eran vampiros, los que te desafiaban con la mirada eran algo así como hombres- lobos. Mientras cada uno hablaba el profesor asentía y anotaba algo en su libreta aunque yo juraría que estaba haciendo dibujitos.

Su dedo acusador se acercaba a mi lugar, mi corazón comenzó a latir rápidamente, no sabía que decir… o mejor dicho, no sabía como se lo tomaría el profesor porque diría “Soy Marlene Victory…humana, una normal y singular humana”.
- ¿Y usted? Señorita…- dijo alargando la última vocal mientras se fijaba mi apellido.- Victory.
- Estem…- contesté con un hilo de voz.- Soy Marlene Victory…humana.- aclaré bajando la cabeza avergonzada. La risas burlonas de mis compañeros me hicieron sentir vacía, sin ganas de quedarme allí ni un solo minuto más, tomé mis libros, me levanté deprisa y salí del aula con algunas lágrimas rozándome las mejillas. - ¿Y tú que miras?- pregunté a la estatua con los colmillos que miraba al despacho de la directora.

Ese día perdí todas mis clases, no quería saber nada de aquella rara academia. Decidí dejar mis libros en el frío suelo de cerámica y correr hacia el bosque. Por lo menos, si la suerte me acompañaba, podría volver a ver a aquel joven que había sabido mi nombre.

Me gusta.Me gusta tu estilo (H)

Gracias chicas, prometo seguirla...
Omi me sirvió mucho lo que me dijiste...

Me alegro mucho Nela ^^.

e.e me encanta!!

SÓLO ESPERO QUE NO ME MATEN... Y QUE LES GUSTE...
Corría pasando los impenetrables árboles de un bosque que ningún humano había conocido, no sabía donde iba simplemente quería estar sola y poder pensar con claridad.
“Mi madre me ha enviado a un lugar de raros”, pensaba mientras corría por el bosque.
Mi cuerpo ya no daba más, me detuve y pude ver como el bosque se había abierto, seguramente era el claro. El sol se estaba poniendo dándole paso a mis miedos y a mi volada imaginación.
Ruidos extraños ya comenzaban a oírse, seguramente eran unos pobres animalitos. Me di vuelta, podía escuchar como alguien se acercaba a toda velocidad, seguido de muchos revoloteos como si fueran aves.
Me escondí detrás de un viejo árbol y esperé a que aquel animal desapareciera, pero un fue así y tampoco se trataba de un animal.
Un chico de cabellos rubios y ojos negros entró al claro con paso decidido, como quien quiere golpear a alguien. Estaba vestido con pantalones de cuero y una chaqueta negra. Llevaba dos grilletes en sus muñecas como si fueran pulseras, su paso era pesado y con sólo verlo daba la sensación de rebeldía. ¡Por Dios era el muchacho rebelde!, pensé. Me quedé totalmente pegada al tronco del árbol, pensaba que en cualquier momento podría aparecer frente a mí.
Las aves, pararon de revolotear, parecían que habían abandonado su vuelo para estar un poco en tierra. Miré de reojo y di un salto. No se trataban de aves, era otro chico.
Estaba vestido de inmaculado blanco, su pelo era oscuro como la noche y sus ojos no se podían ver por la distancia, pero parecía tener ojos claros…tan claros que pude imaginármelos de color blanco. Ambos parecían estar enojados.
- ¡ ¿Y dices que la has visto?!.- dijo el joven de blanco, parecía estar furioso, me hacía acordar al jefe de ventas de mi padre, con el caminar apresurado y con poca paciencia.
- No lo digo…tú la viste bien en el bosque…- habló el rebelde. Aquel chico que ya había conocido con anterioridad. Parecía tranquilo, sin nervios que lo envolvieran.
- ¡Debías de haberle contado la misión!
- Era una niña… pronto descubrirá qué es…y cuál es su misión…
Sentí un siseo y miré hacía arriba. Por encima de mi cabeza había una espeluznante serpiente. Mi corazón dio un vuelco. Salí gritando de mi escondite.
-¡Ay!- grité y me caí al suelo. De repente los dos chicos estaban a mi lado, ¿Cómo es que lo habían hecho tan rápido, si estaban lejos de allí?
- ¡¿Tú?!- gritó el de aspecto rebelde.- ¿Soy tan irresistible que me sigues…?.- sonrió de lado, era tan encantador.
El otro joven estiró su mano, la tomé y me levantó del piso.
- Hola…-saludó con voz melodiosa el joven, no parecía tener el enojo que podía apreciar desde el árbol.- Soy Anmeliuz y el es Demian.- su sonrisa era perfecta, resplandecía como luna llena.
- Soy…soy…- tartamudee.
- Marlene…- susurró Anmeliuz. Demian abrió los ojos de par en par como si hubiera recibido una gran sorpresa.
- Tranquila siempre que le gano de antemano se pone así…- le dio una palmada en el hombro a su oscuro compañero, siempre mantenía esa sonrisa impropia de alguien…humano.
Cansada de saber que estaba rodeada de seres sobrenaturales y que por algunas de esas injustas cosas de la vida podría llegar a no ser tan humana como me esperaba, pregunté.
- ¿Qué son ustedes?
Ambos se miraron y por un minuto pensé que estallarían de la risa. Pero no fue así. Demian me fulminó con la mirada mientras que Anmeliuz sostenía su cabeza con ambas manos.
- A ver…- dijo Demian acercándose a mí. Por primera vez tenía miedo de estar cerca de él.
Anmeliuz tomó del brazo a Demian. Parecía como si hubiera juntado un papel ya que el extraño chico de negro se golpeó con un árbol.
- Verás Marlene… en la vida… existe… el bien…- dijo el chico de blanco señalándose a él mismo.
- Y el mal…- aseguró Demian sacudiéndose las ramas y hojas que se habían prendido en su ropa.
- Si como digas…- dijo el otro con una sonrisa que en ese momento me pareció seductora.- En tu mundo… los humanos para definir con certeza algo bueno…pusieron la imagen de un…- paró de hablar, y como un rayo respondí.
- Ángel.
- Exacto…- aseguró con una sonrisa complaciente.- Y para el mal…pusieron una imagen de un…- otra pausa. ¿Qué… estábamos en algún tipo de clase? Lo pensé unas tres veces y respondí.
- La imagen de un demonio.- Hice una ligera pausa para entenderlo todo, el vestido de inmaculado blanco…era un ángel…y el rebelde estrellado…era un demonio.
- Oye…rebelde estrellada serás tú…-dijo Demian sentándose en el suelo….- Y sí… sé leer mentes.
- Estem….- dije pensando las palabras con exactitud.- Sé que todo el mundo se está volviendo loco por estos lares, pero ¿Esto es algún tipo de novatada?...- pregunté con una sonrisa.
- ¿¡ Y ésta era la bruja que buscabas!?.- dijo Demian parándose de repente.
- Buscábamos…- confirmó el otro.
- Oigan… sé que soy fea… ¿Pero es necesario llamarme bruja?...- pregunté cruzándome de brazos y ladeando mi cadera.
- Explícale tú…- dijo el rebelde y desapareció como si fuera humo.
- Discúlpalo, siempre es así. A ver... ¿ Cómo te lo cuento sin que pareciera un baldazo de agua fría?.- preguntó con una de sus manos en su mentón.
- Sólo…explícamelo…- rogué con mi voz.
- Hay algunos humanos que son considerados raros. Son los que tienen un poder espiritual o terrenal que sobrepasa los conocimientos de la ciencia y de la creencia… a esos humanos… nosotros…les llamamos brujos.
Entonces… ¿Era una bruja? ¿Por qué me pasaba esto? ¿Qué hice?. Tomé una gran bocanada de aire.
- Si… yo… soy una… una bruja…¿ Qué quieren de mí?.- pregunté y me encontré sola. Anmeliuz ya no estaba, se había vuelto de noche y de seguro tendría que quedarme en la Academia toda la noche.
Llegué a la Academia pasada la medianoche, toqué a la puerta de madera pero nadie contestaba. Golpee con más fuerza y pude escuchar unos pasos torpes acercándose a toda prisa.
- Señorita Victory…- susurró la mujer de la lista matutina, llevaba puesto un camisón largo rosa y un gorro del mismo color. Aguanté la carcajada y pregunté.- ¿ Puedo quedarme a dormir dentro?...- bajé mi cabeza y bostecé.
- Victory Marlene… usted se ha ido de una clase… ¡ Corriendo!. Su castigo será pasar la noche fuera.- inmediatamente después cerró con un sonoro golpe la puerta.

Comenzaba a hacer frío, así que me acurruqué en el piso. Tenía mucho sueño así que no tardé en dormirme.
En mis sueños repetía dos nombres con fuerza. El ángel …el demonio… y la bruja… Después de todo, éste cambio podría ser no tan malo.

No hay por que!

HAHAHHA ¿SOY TAN IRRESISTIBLE QUE ME SIGUES?

me mataste con eso
jajajjajajja

NEXT!!! YA QUIERO!!