Lago de Fuego

El azotador viento se lleva todos mis sentimientos hacia la nada. ¿Por qué? No sé porque lo pregunto, la verdad prefiero que así sea.
Me encuentro en mi propio lago de fuego, donde la oscuridad me consume por dentro. Aunque yo sé que esto no es real, siento el calor sofocante a mi alrededor, siento la lava correr por mis pies, el humo ennegrecido que dificulta mi respiración y, por sobretodo, siento el vacío extremo que me atormenta desde hace tiempo, el cual ya es causante del agujero torturador de mi pecho.
¿Y por qué me encuentro aquí? Simplemente porque decidí jugar un juego, que a pesar de todo, sabía que no iba a ganar. Pero lo que me llevó a esto fue el hecho de saber que tenía sus recompensas, absurdas recompensas. Recompensas que con el tiempo se disuelven como los recuerdos... Mis maravillosos recuerdos ahora eran solo una imagen difusa en mi mente, hechos insustanciales que, quizás, no sean la antigua realidad. Probablemente, sólo era un producto imaginativo de mi subconsciente, y como toda estúpida, lo creí.
Cada hecho tiene su consecuencia, y por eso me encuentro aquí. Mi propio lago de fuego era la consecuencia del hecho.
¿Y de que se trataba ese juego?
Mi ímpetu y la suya nos atrajeron considerablemente. O tal vez solo fue la mía, y él me hizo creer que la suya también.
En fin, lo conocí en el paraíso construido para mí. Aquel prado mágico en el corazón del bosque. Como la mayoría de mis días, me dirigí allí a redactar mis propias historias para distraerme. Pero había algo diferente. El prado no era un lugar solitario hoy, había alguien más allí. Era joven y parecía que fuera parte del paisaje, como si siempre hubiera estado ahí, y como si yo ya lo conociera.
Estaba parado en el centro de aquel círculo natural y perfecto, con sus ojos suavemente cerrados y sus manos en los costados de su maravilloso cuerpo. Estaba en una completa e infinita paz, se notaba en su postura.
Ni siquiera se movió cuando yo me acerque, tampoco cuando me senté a un metro y medio de él en la hierba húmeda.
Mi mente se fue quedando en blanco lentamente, solo veía a aquella persona totalmente desconocida, pero inhumanamente bella. Era como si siempre hubiese estado en mis pensamientos y fuese el centro de mi universo entero.
- Te estuve esperando demasiado tiempo, Emma- dijo con un suspiro. Lo miré atónica. ¿Cómo sabía mi nombre? Y… ¿Me estaba esperando? ¿A mí? Empecé a hiperventilar, y lo único que salió de mi boca fueron dos míseras palabras:
-Lo siento- Lo único que recuerdo de aquel momento fue que sonrió y se acercó lentamente a mí, para envolverme en sus cálidos y pálidos brazos. Y que yo no lo rechacé.
• • •

Los días pasaron lenta y maravillosamente. Todos los días veía a ese increíble ser. De no ser porque todo era completamente tangible, hubiera pensado que era un sueño.
Estaba perdidamente enamorada de él. No había otra cosa en mi mente, en mi mundo. Se había convertido en la razón de mi vida. Nada más.
• • •

Así fue como mi paraíso personal se convirtió en mi infierno personal. Habían pasado tantos meses, todos en compañía de él. Me había acostumbrado tanto a sus abrazos y a sus besos cálidos que pensaba que nunca me podría separar. Su belleza me encandilaba cada vez que lo veía. Era perfecto, todo era perfecto.
Nos dirigimos a nuestro prado, como casi todos los días. Pero había algo en él que no iba bien. Tenía un rostro inexpresivo y esta vez no me estaba tomando de la mano como acostumbraba a hacer.
- Emma…- Parecía que estaba sufriendo. No, mi ángel no debía sufrir, tenía que hacer algo para reparar eso.
-¿Qué es lo que está pasando?- le pregunté. Tenía que ayudarlo, debía ayudarlo. ¡Mi ángel no tenía que estar triste!
-Emma…- Volvió a repetir. Ya me estaba impacientando.- Debo volver.
-¿Cómo?- dije repentinamente asustada.- ¿Volver? ¿A dónde?
- A casa, a mi casa- respondió con un toque de desesperación.
-¿A… tú casa?-
-Sí, a mi hogar natal. Tengo que hacerlo.- dijo cortante, pero todavía con expresión triste. Pensé unos minutos con desesperación. No, él no se podía ir. Yo no sería capaz de vivir sin él. Por eso… tenía que ir.
- Bien… voy contigo… Te acompaño.
-No, Emma, las cosas no son así. Debo ir solo, sin compañía de nadie. Ni menos con la tuya.- ¡¿Qué?! ¡NO! Pensé. Traté de calmarme, pero no sentía mis piernas. Cuando me di cuenta estaba de rodillas en la tierra húmeda.
-¿Cómo es eso?- tartamudeé. Mis ojos estaban anegados en lágrimas, pero intentaba que no se desbordaran, no iba a cometer tal acto de humillación. Cuando miré su rostro, ya no mostraba sufrimiento… era algo más.
-… Necesito volver. No puedo seguir aquí, sacrificándome a mi mismo. Las cosas no son como creías, pensabas o esperabas. No hay tiempo para explicaciones.- Ahora mis lágrimas inundaban mis mejillas.
-Pero… pensé que yo era tan importante para ti.- Tantas veces me había dicho eso, ¿Cómo es que un día para otro se cambia tanto de parecer?
-Lo eras… pero las cosas cambian.- ¡Nunca me había esperado esto! ¿Las cosas cambian? ¿Justo en un momento de plena felicidad?
-Es que… no… te convengo…- afirmé, no sin cierta dificultad. Lo lamentable es que era totalmente cierto.
-Exacto.- ¡Lo sabia! Esta vez mi cuerpo entero se balanceó por completo hacia adelante. El impacto de mi cabeza con la tierra húmeda no se comparaba en nada con el dolor de mi alma. Mi ángel ya no me quería… Me estaba abandonando.
Dio un paso hacia a mi y se detuvo para arrodillarse. Esta vez pude ver claramente su expresión. Era pena.
La rabia llenó cada partícula de mi cuerpo. ¿Cómo se atrevía a dejarme después de darme tantas esperanzas? Encima, sentía pena… ¡De mi!
De repente la rabia se disolvió tan rápidamente como llegó, cuando sentí la caricia de sus labios en mi pelo.
-Lo siento, más de lo que piensas. Olvídate por completo de mí, has como si nunca hubiese existido.- ¿Olvidarme por completo de mi ángel de la salvación? ¿Aquel que devolvió la alegría a mi vida?
-No…-Murmuré.
-Adiós, Emma.- Lo último que sentí fue la calidez de sus labios en mi frente y el viento que quedó detrás de sus pasos.
• • •

El porque arruinó mi vida de tal manera no lo sé. Da lo mismo.
Ahora cuando veo mi reflejo en mi espejo, solo veo a una joven irreconocible y sin vida… y por detrás aquel lago de fuego con su oscuridad opresiva e infinita.

Waaaaaaaaaah *_______________________________________________________________*

Que bien escribes!!!! Síguelo en cuanto puedas!
Esto es un vicio :3

Escribes super bien y encima la trama mola!!!!!!!
Y como engancha y todo... enserio mola un huevo!! >_<

kissus kissuuss ^^

Era puro sadomasoquismo. Sabía que aquello le iba a hacer demasiado mal a mi alma (ahora despedazada), pero no tenía otra opción. A pesar de todo, seguía amando a mi ángel, y no me podía permitir olvidarlo. Era algo que nunca me perdonaría.
¿Pero para qué volver al lugar que me haría caer a pedazos como me pasó aquella vez? Sólo por una razón: los recuerdos cada vez eran más difusos, menos nítidos.
En mi lago de fuego, ahora sólo queda la lava ardiente y el humo ennegrecido, por lo que puedo respirar con un poco menos de dificultad: era aquel vacío que me cortaba el suministro de oxígeno, pero, por suerte, quedó en el olvido gracias a los recuerdos de mi adorado subconsciente. Pero la lava se incrementa de forma considerable, por lo que debo volver allí. Sí, al paraíso creado sólo para mí. Nuestro paraíso.
Aquel perfecto círculo de naturaleza me daría la seguridad de que él había existido en un tiempo pasado, que no era sólo el producto de mi imaginación. Aunque sufriera como nunca, podría recordar todo aquello que me había hecho demasiado feliz en tiempos pasados.
Marchar hacia el prado fue más difícil de lo esperado, no sabía que es lo que me iba a encontrar allí. Tal vez desesperanza, tristeza y malos recuerdos, o… alivio, esperanza y buenos recuerdos. Valía la pena arriesgarse por solo un poco de felicidad.
Aturdida y cegada como estaba, era de suponer que nunca encontraría el prado, pero después de caminar lentamente durante un par de horas, apareció ante mis ojos. Una daga atravesó mi pecho… o eso creía. Me tomó con mucha sorpresa, por lo que no me dio tiempo de analizar mis emociones y sentimientos.
Allí estaba… Mi antiguo paraíso. Me concentré específicamente en los hermosos tulipanes rizados que crecían en el centro. Le daban al prado un aspecto de lo más exquisito con esos colores brillantes, y su aroma…
Oleadas y oleadas de recuerdos invadieron mi mente de forma repentina… No puedo seguir aquí, sacrificándome a mi mismo… debo volver… Olvídate de mí por completo, como si nunca hubiese existido… Adiós, Emma…
Me acerqué más hacia los hermosos tulipanes, que tenían el aroma más exquisito para mí. Su aroma. Sólo faltaba aquel toque de esencia a manzana y a agua de manantial. ¿Qué importaba que aquellas palabras sin vida se reprodujeran en mi mente cuando tenía su aroma tan cerca de mí?
Me senté en la hierba seca como solía hacer en aquellos tiempos, solo para que un embeleso delicioso llenara mi cuerpo por completo. Pude recordar, además de su aroma, la textura de su piel tibia, la suavidad de sus cabellos, la profundidad de sus ojos y… el roce de sus labios en los míos.
No sé cuantas horas estuve sentada allí, pero mis músculos estaban entumecidos de tanto estar en la misma posición y me había dado cuenta que ya estaba oscureciendo. El crepúsculo de otro día más. Me levanté estirándome para movilizar mis músculos.
La sombra de algo o… alguien moviéndose se proyectó en la tierra. Por el susto, actué de una forma un poco inusual en mí: me acerqué al árbol donde se suponía debía estar aquella… cosa que proyectó la sombra en la tierra, pero sólo había un par de huellas de humano paralelas detrás del árbol. Alguien me había estado espiado… pero… ¿quién? Inspeccioné atentamente mi prado, por si había otro par de huellas, pero no había nada más.
De repente, el cansancio se apoderó de mí totalmente, apenas podía mantenerme en pie. Mis ojos se cerraban y me costaba abrirlos con cada parpadeo. ¿Podría llegar a la carretera antes de caer en el suelo dormida? Pensé que sería mejor quedarme allí, antes de perderme en el corazón del bosque en medio de la noche. Estaba realmente exhausta.

Gotas de agua en mi rostro me despertaron, miré a mí alrededor y sólo veía verde. Entonces recordé el día anterior y como había caído prácticamente dormida en los helechos, antes secos. Ahora estaba bastante empapada… ¡Maldita llovizna! Me levanté preparándome para la larga caminata que tenía en dirección a mi hogar, pero antes de eso vi un dibujo en la tierra mojada del prado, parecía bastante reciente, ¿Antes de qué yo llegara? No, imposible, lo habría visto. ¿Entonces eso significaba que alguien había estado aquí mientras yo dormía?
Lancé un jadeo de dolor cuando vi que no era un dibujo… era una inscripción:
¿Podrás olvidar el pasado y perdonar todo lo que conlleva éste?
¿Qué significaba eso? Yo lo sabía muy bien, pero ¡era imposible! ¿Él podría haber estado conmigo mientras yo dormía? Un éxtasis distinto a cualquier otro asaltó mi mente sorpresivamente, sólo pensar que el había estado conmigo aunque yo no lo viera era demasiado reconfortante y esperanzador, la alegría me inundó.
El nivel de la lava de mi lago bajó considerablemente, y el humo ennegrecido... desapareció.


Continuara...

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Este texto no me gusta tanto como la primera parte, pero la verdad, no se me ocurria algo más "decente" para finalizarlo, ya que cuando lo escribí no pensaba que iría a necesitar continuación.
En fin, pronto la 3º y supongo que última parte. Espero que les guste

Hermosoooooooooooo
la 2da parte a mi criterios es = y perdon pero
la encontre al contrario mejor q la 1ra , es hermoso
es genial, asi actua un angel, te deja para no lastimarte
pero siempre cuida de ti unq sea en tus sueños
sigue escribiendo
plisss

-¿Acaso piensas que soy una alucinación?- preguntó. Intenté mostrar un rostro inescrutable, para que no se diera cuenta de la plena verdad.
-Mmm… no encuentro respuesta para ello.- contesté, y me di vuelta para ocultar una sonrisa que se había dibujado en mi rostro, la primera desde hacía varios meses.
Se acercó a mí lentamente y esperó a que lo mirara a los ojos y dijo:
-No sé cuántas serán las veces en las que deba pedirte perdón, Emma. Todavía, cuando no te tengo cerca, experimento el vacío que me inundó aquéllos días. Y presiento que te pasa lo mismo. Ahora, debes darte cuenta que soy real. Tan real como lo que te rodea.
No pude evitar que unas cuantas lágrimas cayeran de mis ojos. Rápidamente, me rodeó con sus brazos, estrechándome contra él fuertemente, mientras yo lo hacía también. Más lágrimas desbordaron mis ojos, y comencé a sollozar.
- Tal vez nunca me entiendas, pero no podría soportar perderte otra vez, aunque fueses una alucinación. Eres parte de mí ser, estás en mi piel. Cuando te vallas, será como despellejarme viva. Y, así, moriré.-al finalizar, con la última palabra, sentí como su cuerpo se endurecía de repente y me abrazaba más fuerte. Me sorprendió la intensidad con la que sentía todo, parecía real.
-¿Crees que podría dejarte después de lo que hemos pasado cada uno por su lado? Sufrí tanto, Emma, que por un momento pensé en dejarme morir como una opción alternativa. Pero eso tampoco me libraría de semejante dolor. Y el tan sólo pensar en volver, me daba las fuerzas necesarias para seguir vivo. Al final, ¡era tan obvio lo que pasaría! Volví, como tú sabes, porque ya no podía soportar esa maldita soledad. Pero…- me soltó por un momento para mirarme y se dibujó una débil sonrisa en su bello rostro- nunca había pensado en encontrarme con tu temperamento tan terco y… con la posibilidad de que creyeras que soy una alucinación de tu subconsciente.
¿Cómo era que podía sentir todo tan claramente? Mis sentimientos volvían a ser los mismos que los de hace unos cuantos meses, cuando conocí a mi ángel. Las emociones también. Y ni hablar de las sensaciones.
Me detuve a recordar los hechos de hace una semana. Cuando milagrosamente había “vuelto”.
Después de leer esa rara inscripción, había vuelto prácticamente corriendo a mi casa. Esa noche, que fue la más larga de mi vida, no había dejado de pensar, y no había podido dormir, aunque estaba extenuada después de pasar una noche en el bosque. Cuando, al otro día, me decidí por volver, encontré en el prado más huellas de humanos, y, sin dudas, una camisa blanca que había pertenecido a él. La esperanza se redobló y pude experimentar una ínfima parte de felicidad. Pero nada se comparó, cuando un día después, lo vi parado en la misma posición que la primera vez que lo encontré allí. Recuerdo que me miró y yo me abalancé a sus brazos, decidida a no dejarlo irse nuevamente, aunque siempre pensé que era una muy nítida alucinación.
Cuando volví en si, él me miraba con curiosidad. Le sonreí e hice claras señas de que lo que estaba pensando no importaba en absoluto.
Me rodeó la cintura con sus brazos, y acercó su rostro al mío, a tan sólo centímetros. Pude sentir su aliento chocar contra mi piel, y esta vez fui yo la que se acerco más, aunque con nerviosismo, ya que temía que de un momento a otro, si daba ese gran paso, todo se desvanecería.
Me miró a los ojos, y yo caí en la profundidad de los suyos. Mi mente se puso en blanco y en lo único que pude pensar era en la textura de sus labios.
Y después, me di cuenta de la verdad.
Él era completamente real.
De repente, recordé que desde hace un par de días, no había sentido ni un pequeño rastro de mi tortuoso lago de fuego.

Mmmm ^^ Me gusta como escribes. Pero. . . Emmm espero que no me cojas tirria por decirtelo...

¿Esto no se parece un poco a cuando Edward abandona a Bella en Luna Nueva?

Lo de no me convienes...
Lo de que se queda perdida por el bosque sumida en su propio dolor...
La tercera parte ya no se parece tanto exceptuando cuando dice eso de que ha sufrido mucho, pensaba también en ''suicidarse''.

Ejeje... En si esta bien me ha gustado.

jaja.. No me molesta que digas eso Obviamente, todo se basó en los libros de Stephenie, y por eso se parece bastante. Me alegra que les guste