Bruma malva y corazones rotos

Abracé la brisa tibia del otoño, y suspiré la bruma malva de la tarde. Todo en aquel pequeño parque se asemejaba a lo perfecto: los árboles danzando al son del viento, el sol iluminando cada rincón y las nubes desapareciendo en el horizonte. Hasta los chillidos de los niños que jugaban en el pequeño puente del parque sonaban como una melodía alegre. El aroma a césped mojado desaparecía cuando el aroma proveniente del arroyo inundaba nuestras narices; el suelo debajo de nuestros pies dibujaba simples recuerdos olvidados de nuestro pasado.
-Este pequeño recodo de paz me recuerda a un sueño que tuve la noche anterior- dijo él con una sonrisa nostálgica que se asomaba en sus facciones, mientras miraba fijamente el algarrobo que se encontraba en frente. Lo observé instantáneamente cuando sus ojos se perdían en la inmensidad de imágenes inexistentes.- Cómo olvidarme de aquel sueño, si pegó tan fuerte en mí. Fue… como una realidad… que está presente a cada momento, pero que así mismo no existe.- No comprendí lo quiso decir, y se lo hice saber. Él explicó:
-Sencillamente, soñé con el amor. Algo tan profundo, y a la vez… indefinible. Un sentimiento inaudito e incomparable, que aparece cuando menos se lo espera. Una emoción que está siempre presente, asomándose o no.- Él me miró con ojos tiernos y penetrantes. No pude evitar sonrojarme y bajar mi mirada al suelo.- No creo en él...- susurró con seriedad, dejando perder su vista en el infinito. Lo observé sorprendida, con un sentimiento sumamente inquietante en mi pecho. Volvió su vista hacia mí, y se carcajeó levemente.- No creo en el amor común y corriente. Es inimaginable que una persona se enamore de la otra, sabiendo que algún día la podrá poseer. ¿Sabes? Los humanos tendemos a necesitar lo que nos está prohibido. Y… supongo que ese sería un verdadero amor. Un amor imposible.- Suspiré. Aquel sonido desapareció al instante, eclipsado por el ruido de un trueno. Vislumbré la masa de nubes púrpuras en el cielo, que lentamente se acercaban a nuestra posición.
-¿Alguna vez te has enamorado?- preguntó él con sincera curiosidad. Lo miré a los ojos, y muchas mariposas revolotearon por mi estómago. Asentí seriamente.
-Por tu mirada, conjeturo que ese “amor” te hizo sufrir… o te hace sufrir.- Asentí nuevamente- ¿Es imposible?- Respondí con un breve “Sí”.
De repente, la masa de nubes se posó en nuestras cabezas. A los segundos, una tenue lluvia cayó del cielo. Luego, una torrencial tormenta se abrió a su paso. Nos levantamos de la banca donde habíamos estado sentados, y él me tomó una mano, y la colocó entre las suyas. Estábamos empapados de pies a cabeza.
-Entonces tu amor es puro y verdadero- murmuró por encima del sonido de los truenos. Me besó en la mejilla, y comenzó a caminar solitario por un sendero del parque. Fluyendo en su destino pensé. Suspiré con pequeñas lágrimas salobres asomándose en el borde de mis ojos, debido a la desilusión.
-Me temo que sí.- susurré al aire. Y me encaminé hacia mi hogar equilibrando el dolor de mi corazón con la ilusión de su sonrisa.

hey me encanta tu historia por fabor si tiene continuacion
sigela esta super felicidades