Reminiscencias

Si todo mi mundo giraba en torno a algo que era totalmente real, nadie, ni siquiera yo, hubiera puesto objeciones. Pero esto no se relacionaba de ningún modo con la deseada realidad. Era algo más. Algo que mi cuerpo no aceptaba, pero mi alma si.
Sonreía conforme ante la desaparición de aquel ser de mis más profundos sueños; me sentía expuesta a un peligro ofuscado dentro de estos, pero... ¿Qué podía hacer yo? La dicha me inundaba cada vez me despertada, porque todo había pasado ya. Pero la noche caía nuevamente sobre el día, creando una pequeña llama de extraño temor dentro de mí.
Nuevamente, como cada noche, sentía aquel viento abrumador chocar contra mi piel. La oscuridad de una noche infinita dibujaba esos borrosos y sombríos contornos de todo cuanto abarcaba ese temible lugar. Partículas de una brillante luz áurea flotaban por doquier, creando una imagen bastante rara. Las hojas secas, ya caídas de los grandes árboles, revoloteaban por toda la extensión de aquel lugar. El césped, que bastante largo estaba, se mecía en un infinito e hipnotizador frenesí, junto con esas flores purpúreas enloquecedoramente bellas.
Inacabados suspiros volaban por el viento. ¿Mis suspiros?
Las lágrimas bañaban mis acaloradas mejillas. Quería gritar, salir de aquel espantoso y conocido lugar, porque sabía qué se avecinaba, lo sabía con precisión.
Después de minutos, caía de rodillas en la tierra, cubriéndome el rostro con ambas manos.
Un suspiro sobresalía de los demás, tan cercano, tan aterrador.

Un paso, otro paso, uno más, y nada.
En ese instante, sentía la piel gélida de aquel ser en mi espalda; sus manos. Su voz me llamaba suavemente, aquella exquisita y sedosa voz. Y por último, su risa, burlona.
Agradecidamente, después de eso, ya despertaba. Mis ojos de repente se abrían y terminaba sentada en la cama; cubierta de una capa de sudor frío. De a poco, mi respiración irregular se calmaba.
Siempre el mismo sueño, el mismo lugar, la misma voz, la misma risa, la misma hora.
Sabía explícitamente las razones.
Un enamoramiento sin límites. Una traición. Mentiras y más mentiras. Engaños. Y por último, un abandono. Todo inflingido en mi contra.
Mis sueños no eran más que reminiscencias de mi cercano pasado.

Hermoso. Como se te ocurren?

mmm... Cómo se me ocurren?
Es difícil de explicar, pero algunas veces me siento bastante inspirada, y las ideas empiezan a surgir de mi mente. Comienzo a escribir de a poco, hasta que el hilo de todas las ideas se una. Una de las mejores inspiraciones para mi es, aparte de otros libros, la música
Gracias Andre y Sandra por comentar!

Aca otra viciada del foro , de nada es que es muy bueno.